Hoy más que nunca la vida nos invita a respirar de manera profunda y reflexiva para mantener nuestra vitalidad. Como seres humanos no solo estamos obligados a respirar para vivir y de esta manera oxigenar nuestro organismo, sino para sentirnos parte de este mundo y entender que somos uno solo con el universo.

 

A Través de la respiración profunda y lenta activamos el sistema parasimpático y esto activa un estado de relajación en todo el cuerpo.

 

El efecto de la actividad cardíaca sobre la función cerebral se ha investigado ampliamente durante los últimos 40 años. Investigaciones anteriores examinaron principalmente los efectos de la actividad cardíaca que ocurre en una escala de tiempo muy corta, durante varios latidos consecutivos como máximo. Los científicos del Instituto HeartMath han extendido este cuerpo de investigación científica al observar cómo los patrones de actividad cardíaca a mayor escala afectan el funcionamiento del cerebro.

El ritmo cambiante de tu corazón

Se pensaba que el corazón en reposo funcionaba como un metrónomo, latiendo fielmente un ritmo regular y constante. Sin embargo, los científicos y los médicos ahora saben que esto está lejos de ser el caso. En lugar de ser monótonamente regular, el ritmo de un corazón sano, incluso en condiciones de reposo, es en realidad sorprendentemente irregular, con el intervalo de tiempo entre latidos cardíacos consecutivos cambiando constantemente. Esta variación natural de latido a latido en la frecuencia cardíaca se llama variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC).

La variabilidad normal en la frecuencia cardíaca se debe a la acción sinérgica de las dos ramas del sistema nervioso autónomo (SNA), la parte del sistema nervioso que regula la mayoría de las funciones internas del cuerpo. Los nervios simpáticos actúan para acelerar la frecuencia cardíaca, mientras que los nervios parasimpáticos (vagos) la ralentizan.

Las ramas simpática y parasimpática del SNA interactúan continuamente para mantener la actividad cardiovascular en su rango óptimo y para permitir reacciones apropiadas a las condiciones externas e internas cambiantes.

Otra distinción importante implica comprender el papel de la respiración en la generación de coherencia cardiaca. Debido a que los patrones de respiración modulan el ritmo cardíaco, es posible generar un ritmo cardiaco coherente simplemente respirando lenta y regularmente a un ritmo de 10 segundos (5 segundos en la inhalación y 5 segundos en la exhalación).

Respirar rítmicamente de esta manera puede ser una intervención útil para iniciar un cambio del estado emocional estresante hacia una mayor coherencia, sin embargo, este tipo de respiración estimulada dirigida cognitivamente puede requerir un esfuerzo mental considerable y es difícil de mantener para algunas personas.

Te invito a que cuando te levantes respira mínimo 5 minutos o regálate los 15 minutos de meditación activa que puedes encontrar aquí mismo. A Través de la respiración profunda y lenta activamos el sistema parasimpático y esto activa un estado de relajación en todo el cuerpo.