Este es un ejercicio que debemos hacer permanentemente en nuestra gestión de proyectos de negocio e incluso en nuestro propio proyecto de vida, pues aprender a evaluar nuestra gestión es de vital importación para atender a tiempo situaciones de riesgo o potenciar aquellas que nos están dando fruto.
Evaluar no se trata de ser pesimistas ni mucho menos, al contrario en un proceso de depuración de nuestros sueños y metas.
Cuando hablamos de negocios saludables un proceso muy efectivo es el de aprender a segmentar a nuestros clientes y evaluar su potencial de negocio, solo hay que tener en cuenta que no solo evaluamos su geolocalización, conectividad o frecuencia de contacto, debemos evaluar el tipo de relación que tenemos con cada uno de ellos y ahí está la clave.